Querido Padre Celestial,
Ayúdanos a derribar las fortalezas enemigas
que tenemos en nuestras vidas. Elimine cualquier deseo, adicción, o codicia que
se interpone entre nuestras almas y Su voluntad.
Su palabra nos dice que ya no somos esclavos
de nuestros pecados, pero luchamos, Señor. Tenemos el deseo de hacerlo bien,
pero tan a menudo caemos. Necesitamos Su ayuda, ya que no podemos hacer esto
por nuestra propia fuerza solos.
Ayúdenos deshacernos de cada mal hábito, y
cada mal pensamiento y a obedecer a Su voluntad. Danos la sabiduría para
identificar las fortalezas enemigas en nuestras vidas, y la fuerza para
eliminarlos.
Danos poder por Su Espíritu Santo para romper
las paredes de las fortalezas enemigas, para resistir la tentación, y para
destruir al enemigo que ha venido a matar y destruir el trabajo que has
comenzado en nosotros.
En el nombre de Jesús oramos. Amén.
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