Él no quería que otros creyentes se deprimieran por su culpa. O que imaginen que el propósito de Dios ahora esté bloqueado.
En sus cartas, Paul dijo que el propósito de Dios no fue impedido a través de su cautiverio, sino promovido.
Son las cosas que parecían más espeluznantes, francamente catastróficas, las más auspiciosas para él. Esos, como su cautiverio, han hecho latir su corazón de alegría y a través de ellos sale el mensaje de regocijo.
Dios trae a nuestras vidas condiciones que son aterradoras y parecen obstaculizar su obra. Pero Dios tiene un propósito detrás de todo y sus planes avanzan precisamente a través de estas circunstancias difíciles e imposibles.
Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
Romanos 5:5
Cuando no podemos confiar en nosotros mismos para avanzar, y no podemos confiar en que las circunstancias nos traigan alegría. Debemos confiar en la ayuda de Dios y en la alegría que Él da cuando nos quitan todo lo demás.
El espíritu de obediencia le da más alegría a Dios que cualquier otra cosa en este mundo.
Cuando el amor de Dios se derramó en mi corazón, la naturaleza de Dios me abrumó y sé por mi obediencia que lo amo.
La mejor medida de la vida espiritual no son las grandes experiencias emocionales sino la obediencia.
Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han
redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis
prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los
demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis
prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
Filipenses 1:12-14
¿Qué alegría puedes perder si no caminas con Dios en estas dificultades actuales?
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